Escribo con trasfondo social, aunque mate gente

Con Ana Cepeda Étkina autora de El Substack de Ana - 018

Hola 👋🏼, si eres nuevo por aquí te cuento que Vida Creativa es un newsletter dedicado a dar voz a escritores de ficción. Aquí encontrarás cómo fue su primer acercamiento a este tipo de literatura, cómo navegan sus retos, qué autores (y libros) les han marcado la vida y, cuáles han sido sus recientes proyectos. Con el fin de acompañarnos y arrojarnos luz unos a otros conocerás escritores que están en todo tipo de etapa dentro de sus proyectos creativos. Ahora sí, ¡Quedas invitado a sumarte a la aventura!

La invitada de hoy es…

Ana Cepeda Étkina

Web Oficial: www.anacepeda.es

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X: @AnaCepeda_

Instagram: @ana.cepeda.etkina

YouTube: Ana Cepeda Étkina

Nací, como he contado en otros medios, tres minutos después de un terremoto que hizo temblar media España. ¡Y no fue moco de pavo! El temblorcillo en cuestión llegó a 7,5 escala Richter. Suelo bromear con que venía el “anticristo”... Que conste que yo avisé, ahí lo dejo.

Mi madre fue violinista y mi padre tenor. Cuando tenía 7 años, ella intentó que heredara su instrumento, pero un violín es tremendamente difícil y muy estridente, así que le dije que lo mío no era eso sino el piano. Fueron años dedicados al solfeo, al conservatorio y a la ardua tarea de aprendizaje musical, pero no como una actividad extraescolar a la que dedicas un par de horas semanales, sino algo en lo que enfocar mi futuro a nivel profesional.

Aquello se truncó cuando cumplí los 17. Decidí dejar esas teclas por otras que sustituí más tarde. Sin embargo, el piano que tengo en casa me susurra que ya es hora de sentarme de vez en cuando, y que deje de prestar tanta atención a la pantalla del ordenador. Siempre me digo que tengo que volver a estudiar, pero nunca encuentro el momento (procrastinación conmigo misma, supongo). La música es un pilar básico en mi vida y así lo reflejo en mis novelas. De hecho, hay tres playlist de tres novelas que hablan de la música que escuchan los personajes.

Desde que me centré en la escritura, he visto que esta profesión te hace comprender ciertos comportamientos de tu propia personalidad. La escritura tiene mucho de reflexión interior, de control del ego (lo de las críticas es un baño de realidad que nos viene bien a todos), de aprender a no gustarle a todo el mundo y que cuando alguien te ponga por las nubes sepas que hay que cogerlo con pinzas. Yo sigo el lema de entretener, pero con un mensaje que quede en la conciencia del lector. De ahí que todas mis novelas tengan un punto reivindicativo.

Por lo demás, vivo a matacaballo, como cualquiera en estos días, entre mil actividades y obligaciones. Mis trabajos (porque escribir lo incluyo dentro de mis quehaceres), mi hijo, mi madre, mis amigos y mi pareja generan que mi día a día sea de todo menos austero. ¡Un no parar!, que decimos ahora. Por eso, la vida parece que se escapa de entre los dedos. ¡Va a todo gas!

Ya habrá tiempo para detenerse y mirar atrás, pero hasta que llegue ese momento, que espero que quede mucho, hay que disfrutar de cada instante y llenarlo con mil objetivos.

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Novela: El Círculo de la Locura

Género: Negro

Cuando el inspector Castro y su pareja emprenden un viaje por Galicia para disfrutar de unas vacaciones, lo que tendría que ser una idílica ruta se convierte en una pesadilla. A mitad de camino, ella desaparece en los alrededores de un psiquiátrico abandonado, un lugar repleto de misterios e historias macabras que el inspector descubrirá a medida que investiga.

Un hostal acogedor que no es lo que parece, lugareños que esconden secretos y un sanatorio mental que acarrea un nefasto historial forman una enrevesada trama de suspenso que pondrá a prueba los límites del lector.

«El Círculo de la Locura» es una novela negra que teje una enrevesada trama de suspenso y mezcla los límites de lo imaginario con la historia real del hospital. Cuarta entrega de la Serie Castro, novelas no cronológicas donde el protagonista y su entorno sumergirán al lector en diferentes historias de intriga, esta vez inspirada en hechos reales.

Obras:

• Harina de Otro Costal

• Diario de una Secuestrada

Serie Castro:

• Lo que no se ve

• Móncavo

• De Códigos y Muerte

• El Círculo de la Locura

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Cuando recién comenzabas como escritora de ficción ... ¿Llegaste a buscar alguna formación formal? ¿Cómo comenzaste a “bajar a tierra” esa nueva versión de ti?¿Se te hizo difícil decirle sí a ese llamado?

En la mayoría de las presentaciones que hice sobre «Harina de Otro Costal», el libro de la biografía de mi padre con el que me inicié en este mundillo, comentaba que, el hecho de escucharle teclear sus memorias en la máquina Olivetti cuando era niña, debió de haber penetrado en mi subconsciente.

Desde pequeña, sentí la llamada del lápiz. Primero con un diario, tras ello, con innumerables cartas que escribí desde Nueva York con 20 años (volví con 300 y pico de mis amigos, eso da la media de casi una al día). Era una necesidad y como tal, sigue siéndolo. Si paso mucho tiempo sin escribir, me siento vacía y me enfado conmigo misma.

Al morir mi padre, dejó esas memorias inacabadas e inconexas. Mi madre las llevó a varias editoriales, pero ninguna valoró la posibilidad de publicarlas. Tuvo que ser en la adultez cuando, en el periódico «El Mundo», publicaron un artículo a todo color de cuatro páginas, sobre él y tres personas más, donde contaban la hazaña principal del libro: la descabellada idea de intentar salir de la URSS ilegalmente escondidos en baúles diplomáticos. Estamos hablando de una odisea como de 007 o cualquier película sobre la Guerra Fría. Aquello los llevó al GULAG (campos de trabajo forzado en Siberia entre otros lugares), y mi padre, en concreto, fue condenado a 25 años por supuesto espionaje.

Aquel día, fue como si mi padre hubiese cobrado vida a través del periódico y me diera un sopapo para que me pusiera a escribir. Me llevó seis años. Fue duro, sobre todo a nivel emocional. Él había muerto cuando yo no había cumplido los 15, y por aquel entonces yo no tenía conciencia de quién era él realmente y todo lo que le pasó en la URSS. Fue el hecho de reorganizar su escrito; cotejar cada uno de sus párrafos para documentarme, sus idas y venidas, cómo pensaba de joven, a quién conoció, etc, lo que me llevó a tener un auténtico viaje hacia su persona. Conseguí reencontrarme con él a través de su biografía.

Y tras todo aquel esfuerzo, conseguí que una pequeña editorial se interesara por «Harina de Otro Costal» y lo publicase en 2014. A partir de ese momento, no pude dejar de escribir. Tras haber publicado varias novelas, me dije que debía errar lo mínimo posible y me hice un par de cursos de corrección de estilo.

Entendiendo que hay muchos medios para expresar un mensaje ... ¿Por qué elegiste escribir ficción?

Todas mis novelas tienen, efectivamente, un mensaje social. Mis libros no cuentan historias superficiales. Además trato de acercarme a la realidad al máximo. No soporto las novelas o películas donde los personajes se sacan «un conejo de la chistera y hacen magia», es decir, que si vamos a ver o leer una historia en el que un actor o personaje tenga superpoderes, no lo llames «novela policíaca» o «negra», sino «fantástica».

En todas las que he escrito hay un mensaje, algo real, una historia en la que basarme para darle luz y hacer… ¿justicia? Trato, ante todo, de contar un relato que lleve al lector a la reflexión dentro de un escenario ficticio. Suelo plantear que tal o cual situación, hecho, personaje o vida que existe o ha existido. Lo disfrazo de ficción porque, obviamente, manda la creatividad, pero siempre me ciño a la realidad. De hecho, las novelas del Inspector Castro, están tan documentadas que tengo aburridos a mis amigos policías, abogados, etc, por la cantidad de preguntas a los que les someto. Al fin y al cabo, la vida en sí es una jungla que supera mil veces a la ficción, y si no, que se lo digan a los dos que están en la cárcel porque el coche del Google los pilló ocultando un cadáver en un maletero. ¡No me digáis que no es alucinante! Lo conté en mis redes. Cierro yo una novela así, ¡y los lectores me tiran el libro en la cara!

¿Qué libro de ficción te ha transformado la vida y por qué?

Sin duda fue «El Tiempo entre Costuras». Tras acabar de leerlo, supe cómo debía enfocar las memorias de mi padre. El libro está también basado en la misma época (Guerra Civil Española); está escrito en primera persona y, para más inri, trata el tema del espionaje. Fue el que me dio la clave.

¿Cómo se ve tu proceso creativo? ¿Tienes algún ritual?

El ritual de sacar minutos u horas al día. Me autodenomino como «escritora a trompicones». Intento enfocar todo mi tiempo libre para escribir, otra cosa es que lo consiga. Ha habido rachas de tener varias horas al día (en vacaciones, por ejemplo) y no escribir una frase coherente. Otras en las que no se sabe muy bien por qué, fluye todo en cuestión de minutos. Por eso es muy importante saber que hay que sentarse a escribir siempre que se pueda, y cuando no se pueda, también. Nunca se sabe qué es lo que va a pasar hasta que no te sientes delante del papel o la pantalla.

¿Qué nueva creencia o hábito ha mejorado tu vida como escritora? ¿Por qué?

Como hábito, el deporte y salir a pasear (y si hay sol con más razón). Es una obligación que me impongo. El deporte no es santo de mi devoción, pero por motivos de salud, es algo que debo hacer casi a diario. Lo de salir al campo, oxigenarme y tomar el sol por aquello de la vitamina D, es como el comer. Y el día que no salgo a respirar, parece que estoy enferma. Sin eso, el cerebro se me bloquea. Estoy obtusa y no soy capaz de escribir nada coherente.

¿Qué haces cuando tu proceso creativo está bloqueado?

¿Deprimirme? Jaja, no, pero casi. Cuando siento que tengo la necesidad de escribir, pero no sale nada, suelo hacer como cuando estudiaba piano y no daba dos notas seguidas: dejarlo.

Cuando uno se bloquea, lo mejor es descansar, dejar el cerebro reposar, leer, ver películas (y si pueden aportar al tema que uno escribe mejor, y si no, se toma como cambio de tercio). A las neuronas hay que dejarlas que se relajen.

Otra de las cosas que he visto que me funciona es hacer una actividad física al aire libre (jardinería, bricolaje, pintar…). Al final, cuando la sesera se ha relajado del todo, la inspiración vuelve a fluir más tarde o más temprano.

¿Cuál es el peor consejo que te han dado sobre el acto de escribir? ¿Qué consejo darías tú en cambio?

Recuerdo escuchar a una gurú de escritura decir que hay que centrarse en un solo género. Luego, te das cuenta de que hay escritores encumbrados que han escrito de todo. Desde teatro hasta ensayos pasando por novelas. Cuando uno es novel en estas lides, va muy perdido y hace caso a cualquier vendehumos. Y por las redes hay muchísimos.

Mi consejo es que escriban mucho, que lean más, que extraigan frases, palabras, giros de otros escritores; que se fijen en cómo lo hacen los demás. Y que si no sale a la primera, ya saldrá más adelante, siempre y cuando uno sea persistente y tenaz.

¿Recuerdas el momento en que la idea de tu novela te llegó? ¿Cómo reconociste el potencial de esa idea?

Supongo que te referirás a la última. El resto de ellas, cada una ha tenido su momento. «El Círculo de la Locura» llegó de manera espontánea. Quise mezclar la novela negra con temas sobrenaturales, pero sin levantar los pies del suelo. Alrededor de mi zona hay bastantes hospitales abandonados y encontré la historia de un psiquiátrico en concreto que tuvo un historial tremendo y que cerraron no hace tanto. Investigué sobre lo acontecido ahí dentro y me quedé perpleja, así que tuve que dar luz a lo vivido por algunos personajes que se nombran (reales) y mezclarlo con la investigación de la desaparición de una mujer. El inspector Castro, el protagonista de la serie con su mismo nombre, lo ha pasado francamente mal, pero la gente que lo ha leído ha estado enganchadísima y les ha encantado.

¿De qué forma escribir tu novela te ha retado?

Todas mis novelas han sido retos. Cuento algo que sucede de una manera que enganche. Meto intriga, misterio, suspenso, algo de sexo… Y conseguir que el lector no abandone es ya de por sí toda una meta.

¿Qué el acto de crear tu protagonista te ha revelado sobre ti?

Lo cierto es que intento volcar algo de mi propia personalidad en cada uno de los personajes, pero el que más tiene es Castro. De hecho, muchos de los lectores que me conocen aseguran que les parece estar escuchándome hablar en directo (debo de ser yo, en versión masculina.) Lo curioso y anecdótico de este personaje, es que años antes de conocer a mi pareja, publiqué «Lo que no se ve» y describí a este policía tal y como es mi chico físicamente. ¡No miento! Mucha gente pensaba que estaba sufriendo un sesgo cognitivo (como el niño del Sexto Sentido… ¿En ocasiones veo Castros?), pero al conocerlo personalmente se quedaron tan perplejos como yo. ¿Será que nos hemos conocido en otra vida?

¿Cuál ha sido la mayor enseñanza que escribir esta novela te ha dado?

Esta, como el resto, genera que tenga que documentarme. En cada novela intento plasmar la realidad, por lo que saco diferentes enseñanzas sobre los temas que planteo. Este fin de semana me toca investigar sobre un tipo de mafias… Ahí lo dejo.

¿Cómo se ve el éxito para ti como escritora?

Para algunos, el éxito es ir a ferias de libros, firmas, etc. Afortunadamente, he pasado varias veces por ahí. He estado dos años consecutivos en la Feria del Libro de Madrid. La experiencia fue espectacular, ahora bien, si tengo que compatibilizarlo con mi trabajo «nutricional» he de decir que es agotador. Quizá pueda parecer pretencioso, pero compatibilizar todo ello con el trabajo que te llena la nevera (porque de esto viven muy pocos) es extenuante.

Para mí, a día de hoy, el éxito es que me lleguen comentarios y reseñas de gente que me acaba de descubrir, que relaten que han estado enganchados y que piensan leerse el resto de mis novelas. Ahí es cuando digo: ¡vamos bien! y me da un chute de adrenalina suficiente como para seguir escribiendo durante una buena temporada.

Mil gracias por todo, me ha ¡mega encantado!

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